Esta es la historia de dos amigos que salieron a matar con las normas de un juego que había inventado uno de ellos. Un caso con varias controversias: el estado mental de los culpables o la causa por la que son capaces de matar. Se aseguró en los medios de la época que los juegos de rol te secaban el cerebro, y podían convertirte en un asesino. Esta es la historia de Javier Rosado y Felix Martínez, los asesinos del rol.
Escucha el episodio sobre el crimen del juego de rol
Diario de Javier Rosado, el asesino del rol
Reproducido en el diario El País (enlaces más abajo)
La muerte de un idiota
«Salimos a la 1.30. Habíamos estado afilando cuchillos, preparándonos los guantes y cambiándonos. Elegimos el lugar con precisión. Yo memoricé el nombre de varias calles por si teníamos que salir corriendo y en la huida teniamos que separamos. Queda mos en que yo me abalanzaría por detrás mientras él le debilitaba con el cuchillo de grandes dimensiones. Se suponía que yo era quien debía cortarle el cuello. Yo sería quien matara a la primera víctima. Era preferible atrapar a una mujer, joven y bonita (aunque esto último no era imprescindible, pero sí saludable), a un viejo o a un niño. Llegamos al parque en el que se debía cometer el crimen, no había absolutamente nadie. Sólo pasaron tres chicos, me pareció demasiado peligroso empezar por ellos. Decidimos hacer una ronda buscando a nuevas posibles víctimas. En la calle Cuevas de Almanzora vimos a una morena que podía haber sido nuestra primera víctima. Pero se metió enseguida en un coche. Nos lamentamos mucho de no cogerla. Nos dejó con el agua en la boca.
La segunda víctima era una jovencita de muy buen ver, pero su novio la acompañaba en un repugnante coche y la dejó allí. Fuimos tras ella, pero se metió en un callejón, se cerró la puerta tras su nuca. Después me pasó un tío a 10 centímetros.
Si hubiese sido una mujer, ya estaría muerta. Pero a la hora que era la víctima sólo podía ser una mujer. Después fuimos a beber agua a una fuente de la calle de Becares. En la parada de autobús vimos a un hombre sentado. Era una víctima casi perfecta. Tenía cara de idiota, apariencia feliz y unas orejas tapadas por un walkman. Pero era un tío. Nos sentamos junto a él. Aquí la historia se tomó casi irreal. El tío comenzó a hablar con nosotros alegremente. Nos contó su vida. Nosotros le respondimos con paridas de andar por casa. Mi compañero me miró interrogativamente, pero yo me negué a matarle. Llegó un búho y el tío se fue en él. ( … )
Una viejecita que salió a sacar la basura se nos escapó por un minuto, y dos parejitas de novios (¡maldita manía de acompañar a las mujeres a sus casas!).
Serían las cuatro y cuarto, a esa hora se abría la veda de los hombres. Mi compañero propuso coger un taxi, atracarle y degollarle. Rehusé el plan. ( … ). Vi a un tío andar hacia la parada de autobuses. Era gordito y mayor, con cara de tonto. Se sentó en la. parada.
( … ) El plan era que sacaríamos los cuchillos al llegar a la parada, le atracaríamos y le pediríamos que nos ofreciera el cuello (no tan directamente, claro). En ese momento, yo le metería el cuchillo en la garganta y mi compañero en el costado. La víctima llevaba zapatos cutres, y unos calcetines ridículos. Era gordito, rechoncho, con una cara de alucinado que apetecía golpearla, y una papeleta imaginaria que decía: «Quiero morir». Si hubiese sido a la 1.30, no le habría pasado nada, pero ¡así es la vida!Nos plantamos ante él, sacamos los cuchillos. Él se asustó mirando el impresionante cuchillo de mi compañero. Mi compañero le miraba y de vez en cuando le sonreía (je, je, je). Le dijimos que le íba mos a registrar. ¿Le importa poner las manos en la espalda?, le dije yo. Él dudó, pero mi compañero le cogió las manos y se las puso atrás. Yo comencé a enfadarme porque no le podía ver bien el cuello.
Me agaché para cachearle en una pésima actuación de chorizo vulgar. Entonces le dije que levantara la cabeza, lo hizo y le clavé el cuchillo en el cuello. Emitió un sonido estrangulado. Nos llamó hijos de puta. Yo vi que sólo le había abierto una brecha. Mi compañero ya había empezado a debilitarle el abdomen a puñaladas, pero ninguna era realmente importante. Yo tampoco acertaba a darle una buena puñalada en el cuello. Empezó a decir «no, no» una y otra vez. Me apartó de un empujón y empezó a correr. Yo corrí tras él y pude agarrarle. Le cogí por detrás e intenté seguir degollándole. Oí el desgarro de uno mis guantes. Seguimos forcejeando y rodamos. «Tíralo al terraplén, hacia el parque, detrás de la parada de autobús. Allí podríamos matarle a gusto», dijo mi compañero. Al oír esto, la presa se debatió con mucha más fuerza. Yo caí por el terraplén. Quedé medio atontado por el golpe, pero mi compañero ya había bajado el terraplén y le seguía dando puñaladas. Le cogí por detrás para inmovilizarle y así mi compañero podía darle más puñaladas. Así lo hice. La presa redobló sus esfuerzos. Chilló un poquito más: «Joputas, no, no, no me matéis».Ya comenzaba a molestarme el hecho de que ni moría ni se debilitaba, lo que me cabreaba bastante. ( … ). Mi compañero ya se había cansado de apuñalarle al azar.Encontré el cuchillo (hummm, me parece que me he colado; no perdí mi cuchillo porque, si no, no habría podido hacer todo lo que voy a decir ahora). Se me ocurrió una idea espantosa que jamás voveré a hacer y que saqué de la película Hellraíser, cuando los cenobitas de la película deseaban que alguien no gritara le metían los dedos en la boca. Gloriosa idea para ellos, pero qué pena, porque me mordió el pulgar. Cuando me mordió (tengo la cicatriz) le metí el dedo en el ojo. ( … )Seguía vivo, sangraba por todos los sitios. Aquello no me importó lo más mínimo. Es espantoso lo que tarda en morir un idiota. ( … ) Vi una porquería blanquecina saliendo del abdomen, y me dije: «Cómo me paso». ( … )( … ) Le dije a mi compañero que le cortara la cabeza, lo hizo y escuché un «ñiqui, ñiqui».( … )A la luz de la luna contemplamos a nuestra primera víctima. Sonreímos y nos dimos la mano. ( … ) A mitad de camino recordé que en el forcejeo se me había caído el reloj. Volvimos a la escena del crimen (el animal siempre vuelve), pero no lo encontramos. Llegamos a casa a las cinco y cuarto, nos lavamos y tiramos la ropa.Me daba la sensación de haber cumplido con un deber, con una necesidad elemental ( … ) Eso me daba esperanza para cometer nuevos crímenes. Al día siguiente reparé en las posibilidades de que nos pillase la policía. El reloj, el trozo de guante, estaban en contra. Mi punto débil era también que él me había dejado lleno de heridas. Le conté todo a un futuro ayudante de ideales parecidos, pero con menos sangre fría que yo. No salió información en los noticiarios, pero sí en la prensa, EL PAÍS, concretamente. Decía que le habían dado seis puñaladas entre el cuello y el estómago (je, je, je). Decía también que era el segundo cadáver que se encontraba en la zona y que tenía 70 puñaladas (¡qué bestia es la gente!). El crimen había sido sobre la una (¡sopla!, a esa hora estaba yo jugando con un amigo al ordenador. Es mi coartada perfecta).¡Pobre hombre!, no merecía lo que le pasó. Fue una desgracia, ya que buscábamos adolescentes y no pobres obreros trabajadores. En fin, la vida es muy ruin. Calculo que hay un 30% de posibilidades de que la policía me atrape. Si no es así, la próxima vez le tocará a una chica y lo haremos mucho mejor.”
Imágenes de este caso





Documentación que he usado para escribir este episodio sobre
Territorio negro – Sección programa de radio “Julia en La Onda”: El crimen del rol
TVE, Víctimas del Misterio – El crimen del rol
Wikipedia – Crimen del rol
Wikipedia – Javier Rosado
Wikipedia – Prisión permanente revisable
Criminalia – Javier ROSADO CALVO
El cierre digital (Ignacio Fernández ) – Jugar a matar: La historia de Javier Rosado y el ‘Crimen del Rol’, que impactó a la sociedad en los años 90
El País – 09 JUN 1994 – “Es espantoso lo que tarda en morir un idiota»
El País (José Antonio Hernández)- 09 JUN 1994 – Los ‘asesinos del juego’ intentaron reclutar adeptos entre sus amigos
El País (Jan Martínez Ahrens) – 26 ENE 1997 – Diario de una muerte
El País (José Antonio Hernández) – 30 ENE 1997 – Los peritos discrepan sobre la salud mental del principal encausado en el ‘crimen del rol
El País (José Antonio Hernández – 30 ENE 1997 – «Es un psicópata que finge estar loco»
El País (José Antonio Hernández) – marzo 2008 El asesino del rol tiene permiso para salir a la calle los fines de semana
El País (Francisco Peregil) – 14 AGO 2017 – … Y mato porque me toca
El Español (David López Frías ) – “¡Lo que tarda en morir un idiota!”: 25 años del terrible crimen del rol, con los asesinos sueltos
Muerte de Jesús de Torres Vadillo
El País – 1 feb 1996 – 27 años por matar a un, hombre de 89 puñaladas y sacarle los ojos
El País (Begoña Aguirre) 6 abril 1994 – El cadáver con 70 puñaladas es de un conserje de familia rica
Qué barato sale quitar una vida en España. Es increíble, la de años que lleva este asesino en la calle y lo que le queda por delante en comparación con el sesgo de una vida. Alucinante, sinceramente, me da pena que tengamos un sistema penal y procesal tan garantista, y del menor ni hablemos, como si con 17 años tú no entendieras ya lo que es sesgar una vida, de vergüenza.
Disculpa mi indignación, el trabajo es brutal. Enhorabuena
Te entiendo. Y ¡gracias!
Buenos días Clara,
Primero de todo, me gustaría felicitarte por tu podcast. Es de lo mejor en el género "True Crime" en español. Felicidades!
Dicho esto, me gustaría hacerte un comentario al respecto del capítulo "18. El crimen del rol". He escuchado todos los capítulos hasta la fecha y me ha dado la sensación de que has hecho un muy buen trabajo de documentación para poder realizarlos, pero en el caso de este capítulo en concreto, creo que hay algo en lo que quizás no te has documentado del todo bien: que son los juegos de rol, para que se crearon y para que se utilizan, no solo a nivel recreativo, sino a nivel terapéutico.
Hay un momento en el capítulo, si no recuerdo mal (si es así, ruego me disculpes), en el que haces una alusión a un supuesto estudio científico que indica que jugar a rol puede producir necrosis cerebral y creo que también haces alguna otra referencia negativa respecto a los efectos de jugar a rol. Reconozco que no conozco ese estudio que indicas y no puedo discutir su validez sin ver los datos, pero hay varios factores que me hacen dudar de su credibilidad: Javier Rosado, al que creo un psicópata jugador de rol, más que un jugador de rol convertido en psicópata, ha demostrado que su mente, aunque enferma, le ha funcionado muy bien para otros propósitos y ha podido acabar varios estudios superiores. Por otro lado, he sido jugador de rol durante muchos años y he conocido muchos jugadores de rol, los cuales hemos cursado carreras universitarias y estamos trabajando en empresas más o menos importantes y en puestos de una cierta responsabilidad, sin presentar ningún perfil psicopático o se nos haya detectado necrosis cerebral … almenos que sepamos :-).
En el año 1994, los medios de comunicación encontraron un filón fantástico vendiendo que ese tipo de juegos te lavaba el cerebro y que la gente quedaba como abducida por los mundos de fantasía, sin posibilidad de salir. Lo explotaron hasta la saciedad y los jugadores de rol de la época nos vimos señalados y casi repudiados, llevando un estigma que no había posibilidad de eliminar, dada la cantidad de información falsa vertida en los medios. El jugador de rol era sinónimo de posible psicópata sin lugar a discusión y costaba muchísimo poder explicar de que se trataba ese tipo de juegos.El rol se podría resumir de una manera muy básica como hacer teatro sin subir a un escenario, en una mesa, con un tablero, unos dados y actuando ante las situaciones que plantea un director de juego, que ha guionizado una historia que va relatando. También existe la versión rol en vivo, que es una versión más parecida al teatro, pero en ningún caso y en ningún juego de rol comercial publicado, se menciona atacar o agredir fisicamente y menos asesinar a alguien. El juego es todo hablado, escenificado e imaginado.
No quiero hacer apología de los juegos de rol, pero lo que me gustaría es que pasados 27 años de este trágico suceso, no se continuara dando tan mala fama a un tipo de juego tan inocente como la persona que lo juega. Es como culpabilizar al cuchillo, en lugar de la persona que lo empuña.
Con este comentario, sólo me gustaría invitarte a que hicieras una mínima documentación sobre los juegos de rol y que pudieras comprobar que no sólo no son peligrosos por si mismos, sino que la fama que tienen es infundada y provocada por las ganas de los medios de comunicación de generar titulares llamativos sin fundamentos. Si realizaras este ejercicio de documentación y estuvieras de acuerdo con lo comentado anteriormente, te agradecería que hicieras un breve comentario en tu podcast para contribuir a descriminalizar una práctica tan duramente juzgada y condenada.
Finalmente, quiero pedirte disculpas pues mi manera de explicarme seguramente no es la más correcta y quizás los conceptos descritos anteriormente no están bien estructurados. Quizás me iría muy bien apuntarme a tu escuela online y aprender a escribir mejor, pero ese es otro tema.
Quedo a tu disposición, por si quisieras hacerme alguna indicación o por si necesitaras aclaración sobre algún punto de este comentario
Muchas gracias y felicidades nuevamente por el podcast
Un cordial saludo
No creo que en el episodio yo le diera credibilidad a ese estudio, simplemente comentaba lo que se decía en la época. A mí, personalmente me parece una gilipollez extrema decir que un juego puede convertirte en un asesino, pero era lo que se decía 😀
Qué terrible que puedan hacer algo así y luego rehacer sus vidas como si nada. Además, ya no es sólo matar -que ya es-, sino la extrema crueldad y saña con la que lo hacen-. Qué barato sale matar, sobre todo si eres menor.
Lo que me pregunto también es en qué entorno viven, que no saben qué hacen sus hijos ni en el estado en el que llegan a casa.
Excelente, Clara, como siempre. Enhorabuena y gracias.
¡A ti!
Hola, Clara. He llegado a este lugar de casualidad. No sé si será l dichoso Algoritmo ese. Hace unos días hice un comentario n YouTube tras la muerte de Almudena Grandes y su (creo) última novela sobre una parricida. Y, comentando la fascinación d la gente x los criminales he llegado aquí. Me gusta l cine d terror y l d zombis, aunq no leo muchas novelas… Pero escuchando tu podcast y leyendo parte dl diario d este "loco", m ha quedado muy mal cuerpo xq esto no es una película, es la realidad. Quizá con 20 años te puedes distanciar y escuchas o lees estas noticias sin q t afecten más allá d un "Qué horror!" Pero con 50 ya no lo ves igual. ¿Cómo puedes vivir con tranquilidad, dormir bien, investigando sobre estos temas y, x lo q veo, escribiendo sobre ello y q no t afecte? ¿Cómo consigues distanciarte?¿O eres d esas personas a las q les "fascinan" los asesinos y l mal? A mí m interesan como ejemplos d la maldad humana, Hitler, Manson,…pero cada vez más siento mayor repulsión. ¿Cómo lo "gestionas" tú? Un saludo
Me repugnan! Y me quitan el sueño, créeme.
Buenos días, muchas gracias por los podcast, me encanta este género de investigación. Todo se debe a las obras de Arthur Conan Doyle y sus obras de Sherlock Holmes. Siempre me ha gustado el método deductivo y aplicarlo al día a día.
Sobre este caso, decir brevemente que el acusado alega no acordarse de nada, pero bien que cometido el homicidio, redactó todo con pelos y señales en su diario.
Terrible, su diario
No sé si se oye mal, pero pareciera que dices "traNstorno" en vez de trastorno.
no, no lo oyes mal :), me pasa un montón